¿Dónde te metes?

 

Desde que acabé el examen final he dedicado los 20 días que me quedaban en París para hacer turismo intensivo. A pesar de ello considero que todavía me quedan bastantes cosas que ver de la ciudad.

Hemos estado en el museo de Rodin, hemos vuelto al Orsay y al Pompidou, al del Quai Branly…

Pero quizás los sitios que más me han gustado son los menos conocidos, como por ejemplo el palacio de Tokio que es un museo de arte moderno construido en lo que era la antigua cinematheque. Yo esto no lo sabía cuando fuimos pero cuando me enteré flipé en colorines. El edificio está en ruinas, supongo que habrán pensado que le da un aire más alternativo molón, y se pueden ver las antiguas salas de cine. Yo no sé si piensan renovarlo pero por mi que lo dejen así.

También estuvimos en el Marche de Puces, uno de los rastros de París. Es gigante, inabarcable. Puedes encontrarte de todo. Yo me compré una postal de un soldado de la primera guerra mundial, todavía no he conseguido descifrar del todo lo que le dice el valiente y varonil soldado a su preocupada amada, pero me hizo gracia. También me compré un ejemplar del Petit Journal de 1894 porque me han hablado tantas veces en clase de él que tengo curiosidad, tiene 8 paginas de letra hiperarrebujada y una litografía en la portada de la coronación del rey de un país africano…

También hemos descubierto algunos sitios chulos para salir como por ejemplo el Starbucks de la foto de abajo, porque en París un Starbucks se traduce en café barato.

Hemos conseguido además encontrar tres sitios que están bien para salir y en la misma calle, esto en Salamanca es lo más normal pero en una gran ciudad es un logro. El Black Dog es el que le gusta a Elena, un bar muy heavy en el que solo ponen metal y al que solo va gente que da miedo. Luego está la Guinness tavern que tiene conciertos todas las noches aunque precisamente por eso es más cara (no vamos a hablar de precios que no quiero desmotivar a nadie) y por último la Murphy’s tavern que es la que más me gusta a mí ¿por qué? porque es el único sitio que hemos encontrado en París en el que ponen Murphy’s y además porque parece que me han robado la lista de reproducción del iPod.

Una vez resuelto el misterio de mi desaparición bloguera me voy a seguir jugando al tetris con la maleta. =)

Historias vintages

No es que haya desaparecido, es que no he tenido tiempo de aparecer. Acabe las clases y me tomé dos días de descanso pero cuando vi todo lo que tenía que estudiar para el examen mortífero mortal del día nueve me he vuelto a encerrar a estudiar (yuhu!).

En esos dos días nos dio por visitar las tiendas de ropa vintage/viejuna de le marais que sería algo así como el Chueca de París. Es muy divertido ver las cosas que era capaz de ponerse la gente, sobre todo en los 80’. En la mayoría la ropa está muy barata, tienen tanta cosa que no saben ni lo que tienen. Aunque también hay algunas más vip con ropa de alta costura y bolsos retro de cocodrilo de 100€.

Luego estuvimos en las galerías Printemps que son las hermanas (aun más) pijas de las Lafayette, merece la pena verlas aunque solo sea por la decoración tan divina/fabulosa/ideal, aunque tal vez te entren ciertas dudas existenciales, como por ejemplo, ¿cómo se pueden pagar 1000 euros por unos vaqueros?

Dentro de lo que cabe la asignatura que estoy estudiando es entretenida (historia cultural de Europa de los siglos XIX al XX) y he estoy descubriendo algunas cosas curiosas cuando busco información.

Esta página: http://www.paris-unplugged.com/ recoge curiosidades de la historia de París. Por ejemplo, si habeis visto la pelicula esta de La invención de Hugo hay una escena en la que un tren atraviesa una estación y sale por la fachada, yo cuando la vi pensé: Scorsese, hijo, como te flipas. Pues no, no se flipa porque pasó de verdad.1895 gare de Montparnasse.

Otra cosa curiosa es todo el movimiento que se ha ido desarrollando en torno al conejo del metro que sale en las pegatinas de las puertas que te explican que si pones el dedo en la puerta te haces pupa. Pues a partir del conejo han surgido todo tipo de caricaturas, comics, camisetas, videos…

Y una tontería que se me ocurrio a mí el otro día es que si al escudo de mi facultad le cambias el blanco por dorado se combierte en el de Gryffindor. Cuando empiezo a pensar estas chorradas es que llevo demasiado tiempo estudiando.

Otra cosa que me paso la semana justo antes de acabar las clases, cuando más a tope estaba de trabajo fue que se me fue la luz y estuve una semana sin ella. Tuve que hacer los trabajos sin wikipedia, con libros de verdad y escribiendo con velas a lo siglo XIX. Resulta que tenía que haber llamado a la compañía eléctrica cuando llegué y no lo hice, la señora de la residencia dice que me avisó y yo creo que no lo hizo, pero tampoco me apetece pelearme con ella que como dice Elena ser borde en francés no me sale. Para que os hagais una idea de lo amable que es esta mujer os dejo un dibujo de un personaje de disney que me recuerda a ella y me despido.

Tim Burton

Ayer fuimos a la exposición de Tim Burton en la cinematheque. Yo tenía muchas ganas de ir porque es una versión de la exposicion organizada por el MoMA hace un par de años.

Cuando se inauguró, hace un mes, vino Tim a firmar autógrafos, nos acercamos por curiosidad pero la cola de frikis era demasiado larga, la gente iba disfrazada, supongo que esperaban que Burton se fijase en ellos y cambiase a Johnny Depp por ellos. Semanas después las colas que se forman para entrar a la exposición siguen siendo bastante largas.

La exposición es estupenda. Sigue un orden cronológico desde su infancia de niño incomprendido, pasando por los estudios de arte en CalArts y sus años de trabajo en los estudios Disney, hasta llegar a sus días de director. Esta última parte fue la que más me gusto: maquetas de sus pelis de animación, StoryBoards, el traje de Eduardo Manostijeras…

Por lo demás, yo sigo bastante liada, aunque ya solo me queda una semana de clases. De lo ocupada que estoy casi ni me entero de dos cosas más importantes que han pasado en lo que va de semestre en mi facultad.

El jueves los principales candidatos a las elecciones francesas de este año (entre ellos Sarkozy y Hollande) visitaron la facultad para debatir con los estudiantes de la facultad. Resulta que esto lo hacen cada vez que hay elecciones, claro, ellos pueden ya que la mitad de los candidatos son antiguos alumnos de Sciences Po. Yo ese día no tenía clase y menos mal porque hacercarse a la facultad debió de ser una locura. Hace unas semanas habían invitado a un ministro a una conferencia y cerraron todas las entradas de la facultad menos una, las bibliotecas y la cafetería, solo te dejaban entrar si enseñabas el carnet de la facultad.

Como anécdota, algo que salio en los periódicos franceses: cuando tenía la palabra Jean Marie Le Pen, candidata del Frente Nacional (la derecha de la derecha a la derecha), varias personas del público sacaron carteles que decían: Soy musulman, no entres en pánico.

El segundo hecho significativo fue la muerte de Richard Descoings, rector de Sciences Po mientras se encontraba de viaje en Nueva York, os dejo un artículo de El País y otro de RTVE que explican las (desde mi punto de vista sospechosas) circunstancias de su muerte.

El la facultad todo el mundo estaba muy afectado por su muerte. Se han hecho muchos homenajes estos días. Altares improvisados, actos en los jardines o en la iglesia de Saint Sulpice… Dicen que que fue él el que consiguió abrir la elitista Sciences Po a todas las clases sociales y a los extranjeros. Así que de alguna manera si yo estoy aquí es en parte por él.

La siesta en primavera

Llevo siglos sin actualizar, lo sé. He tenido un par de semanas con mucho trabajo en la facultad y no es que ahora esté libre, pero sí un poco menos liada.

No he podido salir demasiado estos días pero os cuento las cosas más interesantes que he hecho.

Lo primero: probé la carne de caballo y tengo que decir que está muy rica. Me hizo mucha gracia que el nombre de la marca fuera «Pegaso», es como llamar a una empresa que vende carne de toro «El minotauro».

Más cosas, un día estuvimos dando una vuelta por las calles con las tiendas más pijas. Es divertido siempre y cuando no tengas la mala suerte de que te guste un vestido de 5.000 € o unos zapatos de 1.000. Me gustó mucho el escaparate de Hermes. Tienen tanta pasta que no necesitan destacar la ropa y se pueden dedicar a hacer cosas tan curiosas/llamativas/inútiles como esta.

A veces cuando vas por París encuentras cosas curiosas como por ejemplo la cámara de GoogleMaps sacando nuevas fotos o un grupo de coches de caballos que se dirigen a la ópera.

Otro día estuvimos en la Villette que es un parque al norte donde también está el museo de la música, el de la ciencia y una sala de conciertos. Además en el medio del parque hay una escultura de Oldenburg, una bici gigante semienterrada en el suelo y una exposición de algunas fotografías del artista chino Li Wei.

Ahora que ya se puede decir que ha llegado la primavera la ciudad está realmente bonita. Cuando piensas en París no te la imaginas gris, con frío y sin hojas en los árboles, te la imaginas en primavera (al menos en mi caso). Por eso, como llevábamos mucho tiempo esperando el buen tiempo nos hemos aficionado al sano deporte siesta en parque parisino. Me despido con una foto tomada a traición. ^^

L’opéra

Como seguramente ya sabréis el miércoles fuimos a la ópera.

La verdad es que teníamos muchas ganas y nos vestimos con nuestras mejores galas, incluso compramos unos primáticos en el decatlon (que devolvimos al día siguiente). Luego cuando llegamos allí descubrimos que la gente normal iba vestida de calle, solo los pijos de los palcos iban más elegantes.

Después en el descanso las clases volverían a ser evidentes: la gente que se lleva un bocadillo de casa, los burgueses que comen pastelitos y beben copas de champan a 11€ cada una.

La representación no era en la ópera Garnier (a esa vamos a ir mañana a ver un concierto) sino en la ópera Bastille que es bastante reciente, de los años 80. La flecha rosa de la foto de la derecha señala el lugar en el que estábamos nosotras. La verdad es que para lo que nos costó la entrada (35€) se veía estupendamente, pero hay entradas incluso por 10€ si tienes suerte y las pillas pronto.

Hablemos de lo importante: la representación. ¡Qué maravilla!

Pelléas et Mélisande es una ópera francesa con música de Debussy. Cuenta la historia de un triángulo amoroso entre Pelléas, Mélisande y Golaud, hermanastro de él y marido de ella, vamos, todo un culebrón.

Al estar dentro del movimiento simbolista su música se centra en crear las atmósferas de las situaciones y acompañar los sentimientos de los personajes que son casi tan importantes como la historia en sí.

El gran acierto del director de escena, Robert Wilson ha sido saber crear una esnenografía perfecta que refleja perfectamente las emociones de los personajes y cada compas de la música. Con la sencillez y la limpieza de lineas, los cambios de colores, las luces y las siluetas, a mí me parecío tremendamente hermoso.

Os dejo un video para que os hagais una mejor idea. Es a propósito de las representaciones de Pelléas et Mélisande en Madrid por lo que los intérpretes y el director de orquesta no son los mismos, pero  sí el director de escena y por lo tanto la escenografía también. Por eso la música es tan suave, tan íntima.

La crisis y la naturaleza

Ohlala! La boiná francesá!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Por fin tengo las dos tarjetas que me acreditan como parisina oficial: la del banco (que lo suyo me ha costado conseguir) y la del monoprix (la del supermercado, vamos).

El sabado viví un episodio traumático consecuencia de la ineficiencia gabacha. Me llegó una carta certificada diciéndome que no había pagado el alquiler. Llego a casa cabreada de los nervios e imaginándome con las maletas en la calle, miro la cuenta del banco y veo que sí que me han sacado el dinero del alquiler.

Resumiendo que bajo a hablar con la señora de la residencia y me dice textual:

– Ahhh esooo, nada, fue un error, no te preocupes, está todo bien jajaja

¬¬

Estupendo, pues la próxima vez espero que comprueben lo que hacen antes de cometer un error en forma de carta con frases como: hablaremos con nuestro abogado o has dejado pasar el último plazo.

Superada la crisis. Ayer estuvimos en el bosque de Vicennes. ¡Qué sitio más grande!, ¡qué sitio más bonito! Para que os hagais una idea en la foto de abajo la zona redondeada es el parque y la figura de arriba a la derecha el centro de Salamanca.

Tiene varios lagos artificiales, hipódromo, un castillo (porque antes el bosque era un coto de caza de la realeza francesa), un velódromo, un templo budista, un zoo…

Eso es todo por hoy. Mañana será un día intenso. ¡Mañana vamos a la ópera! Sacaré fotos a montones y ya os contaré qué tal. Tengo muchas ganas =)

Todos a la cárcel

El otro día paseando por mi barrio descubrí que vivo al lado de una prisión. La única que queda dentro de la ciudad (yupi).

(En google maps sale pixelada, supongo que será para frustrar posibles planes de fuga)

La verdad es que el edificio no deja ninguna duda de que es una cárcel: muros altos con alambradas y cámaras, ventanas pequeñas y con rejas, torretas de vigilancia… es bastante impresionante encontrar un edificio así en el medio de una ciudad, supongo que en su día estaría en las afueras, pero tampoco vi demasiados polis por la zona.

La Prision de la Santé, que es como se llama, aloja prisioneros VIP y de alta seguridad divididos por continentes, así de organizados son los gabachos: los negros con los negros, los chinos con los chinos… que no se mezclen que me la lían.

Solo cuatro personas han logrado escaparse de esta prisión desde que fue abierta en 1867. Jacques Mesrine un famoso maloso francés con otros dos compañeros en 1978 y otro preso en 1986 que se escapó en un helicóptero pilotado por su mujer.

Sobre la fuga de Mesrine hay una peli con Vincent Cassel. Mesrine logró escapar esa vez pero años después la policía le acorraló en una avenida cuando iba en coche con su amante y les tiroteó en el medio de la ciudad, a lo Bonnie and Clyde, aunque ella se salvó.

Así que recapitulemos: vivo entre un cementerio, las catacumbas y una prisión. Ardo en deseos por saber cual será la próxima sorpresa tétrica que me reserva mi barrio.

Burocracia y vacaciones

La burocracia francesa es mil veces peor que la española. Y cómo hoy me he acordado de ella voy a quejarme un rato.

Entre los millones de papeles que me pidieron para entrar en la residencia el más surrealista fue la partida de nacimiento bilingüe. Esto demuestra que los franceses son tontos y desconfiados: ¿por qué quieres que te demuestre que existo si me estás viendo? ¿necesitas además que te lo demuestre en francés por si me da por engañarte?

Cada vez que te hacen firmar papeles para un contrato del tipo que sea tienes que escribir al lado de tu firma que lo has leído y que estás de acuerdo, además parecen no conocer el papel de calco por lo que si un contrato tiene tres copias tienes que escribir la tontería y firmar en las tres.

Esta obsesión malsana que se traen con el papeleo acarrea paradojas, la más remarcable: en la residencia te piden una cuenta de banco francesa y en el banco te piden una dirección francesa para abrirte una cuenta. Enserio, con lo “listos” que son, ¿no se han dado cuenta de que algo falla? Yo creo que no solo se han dado cuenta sino que es una forma más de las muchas que tienen de decirte que aquí eres un extranjero, que el parisino nace, en ningún caso se hace (bueno, a lo mejor si tienes mucha pasta hacemos una excepción, como con todo).

La última paradoja que he tenido el honor de experimentar: recibí una carta del banco diciéndome que podía recoger la tarjeta (yo no digo nada, pero en España te la mandan por correo, serán cabrones, pero no te hacen andar). Voy a recoger mi tarjeta y me dicen que no está que debe de haber algún problema, que hable con mi consejero (porque aquí cada cliente tiene un consejero, sera para que le pongas cara al fraude). Hablo con mi consejero y me dice que el documento sobre mi dirección de residencia no ha sido aprobado por la comisión encargada de validar mi dosier y que tienen que mandarme una carta con acuse de recibo para demostrar que realmente vivo allí. Todo esto me lo dice mientras yo tengo en la mano la carta que ellos me han mandado a mi residencia y digo yo, ¿cómo puedo tener esa carta si realmente no vivo en la residencia?

¿Quién soy? ¿Dónde vivo? ¿Qué queréis de mí gabachos? Puro existencialismo.

La carta llegó hoy y ya la firmé. Me pregunto cual será el siguiente episodio de esta epopeya o si por fin recibiré mi tarjeta mágica de banco francés. Yo solo digo que en España seremos un desastre pero por lo menos en los bancos te lo ponen más facil. Ya que van a hacer lo que les de la gana con tu dinero por lo menos que te faciliten un poco las cosas.

Cambiando de tema. Esta semana son mis vacaciones de aquí y aprovechando que no tengo clase y que tampoco tengo amigos (Elena se ha ido a España, no es que sea una apestada social) voy a usar la semana para ponerme al día y preparar todos los: trabajos, fichas de lectura, exposiciones orales, exámenes, redacciones… Mamá, se que piensas que aquí todo es una fiesta (que mas quisiera yo) y que te alegras de leer esto.

Así que esta semana voy a pasar (aún más) del blog. Pero todo será mucho más intenso en marzo cuando vuelva Elena, yo enloquezca con las clases, llegue el calor y empecemos a hacer todas las cosas que queremos hacer.

Os dejo una foto del actual estado de la pared de mi cuarto, para los que me decíais por Skype que qué pared blanca más sosa. Irá evolucionando con el tiempo en función de las revistas gratuitas de los cines.

De guerra y cine

Hoy ha sido un día de cine y estudio.

Después de comer he visto El resplandor. Mi madre llevaba mucho tiempo diciéndome que la viese pero yo como me conozco y sé que soy muy cagueta no me atrevía. Y la verdad es que no me ha dado miedo (ya veremos como duermo esta noche) a pesar de tener todos los ingredientes para acojonar al más templado: niñas pequeñas siniestras, viejas putrefactas y sangre como para llenar una piscina olímpica.

Lo cierto es que es muy buena, sobre todo me ha llamado la atención la banda sonora, está claro que en una película de terror es fundamental.

Para seguir con cosas que dan mal rollo. Estuve viendo el Días de Cine de la semana pasada que tenía como hilo conductor la Primera Guerra Mundial (por la última película de Steven Spielberg) y me acordé de un fragmento de una película que nos pusieron el otro día en clase. Es sobre la primera guerra mundial y está hecha poco tiempo después de que terminase. La cosa es que utilizaron en la escena heridos reales en la guerra, los llamados gueules cassées (no lo busquéis en google que yo lo hice y es horrible, aunque seguramente os pueda el morbo y lo acabéis buscando, o basta que diga que no lo hagáis para que os entre la curiosidad). Resumiendo que ninguna película sobre la guerra me ha puesto tanto los pelos de punta como ese fragmento. Ningún efecto especial puede superar a la vida real.

La verdad es que me pareció bien que lo pusiese. No se puede hablar de la guerra solo con cifras y fechas, hay que ser capaz de reflexionar y enfrentarse a lo que el ser humano es capaz de hacer, aunque no sea para nada agradable.

Os dejo el video por si os va la marcha. La peli es J’accuse ! de Abel Gance.

Pero no todo son cosas horribles y crueles. Dentro de un ratito empiezan los goya y si mi conexión de internet se apiada de mí podré verlos en directo. Así que me voy a hacer la cena y os dejo con una foto de Luis Tosar. ¿Por qué? Porque me da la gana y porque aunque seguramente este año no gane el goya para mí siempre es el mejor del mundo mundial (así de imparcial soy yo).

Pixelada

Esta mañana hemos ido a ver la exposición de Doisneau (se lee Duano).

La verdad es que me ha decepcionado un poco. Si conoces al fotógrafo esperas encontrarte alguna de estas fotos.

Pero no estaban ni estas ni ninguna otra que a mí me sonase o pudiese identificar como suya. Me fastidia por que es uno de los pocos fotógrafos que me gustan y el comisario de la exposición parecía haber elegido y colocado las fotos sin criterio: ni cronológico, ni por temas, ni por blanco y negro o color…

Resumen: no me ha gustado. Me quedo con esta frase del propio Robert Doisneau: “París es un teatro en el que se paga asiento con el tiempo perdido»Y es que cuando estás aquí te das cuenta de que el precio que hay que pagar por estar en una ciudad tan llena de posibilidades es el tiempo que te lleva aprovechar cualquiera de ellas.

Cambiando de tema, todavía hoy se nota que el martes fue San Valentín. Los supermercados rebosan flores que no consiguieron vender el 14 de febrero y las tiendas en general están llenas de cosas inútiles con forma de corazón. Tanto es así que hoy he querido comprarme unas fresas y solo he encontrado estas.

Los franceses que les pongan el embalaje que quieran, que las fresas seguirán siendo de Huelva.

Por último una foto que me pasó mi padre para que viese cómo (de pixelada) me veía por Skype.

Supongo que es por culpa de la mierdi-conexión wifi de la residencia. En cualquier caso la verdad es que esta semana he estado un poco pixelada, esta ciudad es agotadora. Pero ya descansaré cuando vuelva a España, además, parece que ya está empezando a hacer mejor tiempo.